Cincuenta habitantes de la comunidad Serrag Ludo, del cantón Sigsig, provincia de Azuay, se beneficiarán del centro de acopio de leche que construye el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP) junto a la Asociación de Ganaderos de la localidad.

Nora Sánchez, presidenta de la Asociación, informó que reciben apoyo de parte del MAGAP con una Unidad de Producción de Pastos y Forrajes, equipos, tanques de enfriamiento, laboratorios portátiles, generador, insumos de laboratorio y asistencia técnica permanente, que representaría una inversión estatal de aproximadamente 50 mil dólares.

Agregó que para la construcción de la infraestructura del centro de acopio, la Asociación buscó financiamiento del Gobierno Autónomo Parroquial por un valor de 8.860 dólares y del Gobierno Autónomo Cantonal por 11.800 dólares. La Asociación aportó con más de 1.500 dólares de inversión por parte de la Asociación, comentó Sánchez.

El centro de acopio lechero entrará en operación el próximo mes. Inicialmente tienen previsto acopiar 800 litros de leche y en seis meses esperan almacenar dos mil litros, que es la capacidad del tanque de enfriamiento.

El MAGAP, además, ayuda a las asociaciones a establecer un enlace con las empresas para la venta directa de la leche, sin intermediarios, lo que asegura un mejor acuerdo de negociación.

La implementación de este centro fue uno de los compromisos adquiridos por el titular de la Cartera de Estado, Javier Ponce Cevallos, en marzo pasado, durante la reunión que mantuvo con los ganaderos de las provincias Azuay y Cañar.

Adicionalmente, los miembros de la Asociación reciben constantemente capacitaciones sobre calidad e inocuidad de la leche, buenas prácticas pecuarias, entre otros. La última capacitación que recibieron fue para el uso de los laboratorios portátiles, que permiten determinar porcentajes de grasa y acidez en la leche, entre otros rubros.

Emma Mora Andrade, directora Provincial, destacó que el objetivo del respaldo del MAGAP es apoyar a mejorar la productividad y que los ganaderos puedan comercializar directamente con la empresa, mediante un contrato establecido que les dé estabilidad, tanto en el precio como en la periodicidad de recolección de la leche.