Más familias se suman a la producción acuícola en la Zona 3

Productor de paiche y trucha describe el modo de cultivar los peces.

Ochenta y nueva productores de las provincias de Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua y Pastaza se sumaron a la producción acuícola, entre enero y septiembre de este año.

En ese periodo, el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), a través de la Coordinación Zonal 3, atendió a 437 nuevos productores, equivalente a un 25% más de lo registrado en igual lapso del 2015, cuando se contabilizó a 348 acuicultores.

En las cuatro provincias mencionadas –que constituyen la Zona 3- se cultiva tilapia, trucha, paiche y cachama. Estas dos últimas solo en Pastaza.

En la Zona 3 se producen tilapia, trucha, cachama y paiche. De enero a septiembre de este año, en los tres primeros peces se entregaron 214,47 toneladas.

Para Luis Quihuiri, productor de tilapia y paiche en Pastaza, el cultivo de la tilapia “es fácil, ya no es como antes que sacábamos madera y eran tres, cuatro horas de viaje en lodacero. Ahora en la piscicultura, el trabajo ya no es sacrificado”.

Ahora Quihuiri cultiva peces con una guía técnica para identificar mejor los gastos y beneficios. Explicó que criar una tilapia es más delicado. “Criar paiche es más fácil, porque las heces no se descomponen en el agua tan rápido como las de la tilapia”.

Para el acuicultor tener paiches es “una maravilla”. Quihuiri trabaja con su familia para que el dinero se quede dentro de su mismo grupo y no en particulares.

Héctor Camacho, quien cuida paiche, disfruta mucho de la acuicultura porque encuentra en los peces compañía. “Cuando estoy solo vengo (junto a las piscinas) y estoy aplaudiéndoles; ellos se me acercan, brincan y salen a respirar”. Los paiches que Camacho cuida miden entre 1.75 y dos metros de largo.

El paiche aún no inicia su fase de producción legal. Los peces nativos de la región amazónica tienen seis meses de vida y miden 95 centímetros de largo; su pesca está prevista para dentro de seis meses.

Luis Puma, presidente de la comunidad San Antonio de Guayllabamba, en Chimborazo, dijo que su meta es que su centro de cultivo sea turístico, y por ello cría 40 mil alevines de trucha al año. Detalló que siembra 10 mil truchas, durante cuatro veces por año, de modo permanente.

“El trabajo mío ha sido la piscicultura; no puedo decir que no existe ganancia porque de eso he mantenido a mi familia, a mis hijos he educado y eso ha sido parte primordial para mí”, refirió orgulloso.

Para Puma, la ayuda del MAGAP en los últimos cuatro años ha sido importante. “No en cuanto a lo económico, pero el ánimo es importante. Igual a la institución mi negocio sale a la claridad y por eso hemos conformado la asociación”.


 

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