Operaciones comercial y productiva reactivaron la fuerza laboral, en Manabí

Fertilizantes arribaron al Puerto de Manta para reactivar su economía

Las operaciones portuarias, así como los programas de incentivos agropecuarios alentaron a la fuerza laboral de la provincia de Manabí, a un año del terrremoto. La confianza de empresas del sector público y privado para continuar con sus actividades en el puerto de Manta, fue clave para reactivar a Manabí.

Mao Lam, gerente General de la empresa pública Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA EP), informó que las importaciones de fertilizantes e insumos para los programas de Gobierno se cumplieron conforme a lo planificado; es decir, priorizando las operaciones comerciales en Manabí, lo que generó la demanda de mano de obra.

“Se pensaba que no se iba a poder operar; nosotros confiamos y arriesgamos, el Puerto nos dio su palabra de que los muelles estaban bien y creo que, si no fue el primero, fue uno de los primeros en arribar aquí luego del terremoto. Esto generó una confianza alrededor de las navieras que siguieron operando aquí con sus graneles, y generó también de que no se pierda esa actividad económica importante en los empleos, que aquí en la zona del terremoto han sido súper necesarios”, indicó Lam.

Rui Silva, jefe de Operaciones de la empresa de logística Paxos, destacó la decisión de las empresas por continuar con sus gestiones en la provincia. “En el momento que ustedes traen carga por Manta, inmediatamente se mueve gente con la que se trabaja: transporte, estibadores, personal de apoyo. Entonces, de alguna manera hablamos de más de 200 fuentes de empleo que se generan en ese punto”.

Varias acciones permitieron generar fuentes de empleo para los manabitas, afectados por el terremoto del 16 de abril del año pasado.

José Anchundia es agricultor en la comunidad La Laguna, perteneciente a Montecristi, pero adicionalmente brinda sus servicios como cosedor de sacos y estiba en el Puerto de Manta. “Ya después del terremoto comenzó a haber cualquier trabajo por ahí. No para mí, sino para todos, porque cuando me contratan para cuando llega un barco llevo una cuadrilla de entre 15 y 20 hombres de mi comunidad”.

Según Carlos Delgado, contratista de personal portuario, las fuentes de empleo se reactivaron rápidamente después del terremoto. “Le doy gracias a Dios que yo siempre he sido contratado por muchas empresas, lo que es Molinera Manta, Superior, La Carmelita, Pres Café, Ultramares Corporación, Ciudad Rodrigo y por qué no decirlo ahorita que estoy muy infinitamente agradecido con lo que es la Unidad Nacional de Almacenamiento y la gestión del Gobierno Nacional que nos ayuda mucho”, manifestó.

Pero, además, de las fuentes de empleo en el sector portuario, otros programas de índole agroproductivo se desarrollaron en Manabí. Los avicultores afectados por los impactos de la naturaleza, por ejemplo, recibieron soporte técnico y facilidades de compra de maíz para elaborar alimento balanceado. Tras la disposición del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP) se liberó maíz con facilidades de pago, para elaborar alimento balanceado a los avicultores afectados.

Hernán Macías, presidente de la Asociación de Avicultores Manabí, explicó que como consecuencia del terremoto el área avícola se vio afectada entre un 30 y 40%, dependiendo de la ubicación de diferentes granjas.

“Conversamos con miembros del MAGAP y ellos a su vez nos direccionaron con la UNA EP. Necesitábamos todos, absolutamente todos los avicultores, una mano que nos ayudara a salir del fango. Y afortunadamente la UNA extendió la mano y nos permitió una compra a plazos de maíz para alimento balanceado a 90 días”.

Esa gestión permitió aliviar la falta de liquidez, debido a que los acreedores (clientes de mercados como Tarqui) no tuvieron cómo pagar sus créditos al corto plazo, por obvias razones. Los avicultores cumplieron a tiempo con su pago a la UNA EP.

Manabí también formó parte del Programa de Multiplicación de Semillas de Arroz, en donde el MAGAP entrega una subvención del 100% en la entrega de kits agronómicos (semillas, fertilizantes e insumos) a 33 productores que pasaron del cultivo de arroz comercial a especializarse en la siembra de semillas registradas para certificación. En esta provincia se dieron los rendimientos más altos al pasar de 5,30 toneladas por hectárea a 8,03 ton/ha. Aunque hubo casos como el de Henry Mendoza, que obtuvo una productividad superior.

“Tuve casi 9,5 toneladas por hectárea. El apoyo es muy bueno. Los agricultores no siempre contamos con los recursos necesarios y esa ha sido una limitante que hemos tenido siempre para no sacar buenas cosechas. Pero al tener todo a la mano solo debemos aplicarlo. Es muy buena la unión de todo esto: MAGAP, UNA y los agricultores”, dijo Mendoza. 


 

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