Con nuevos pastos y capacitación se fortalece ganadería del país

Quito, 05 de junio de 2020.- Rocío Molina tiene sus reses en la comunidad San Ramón, parroquia Mulaló, cantón Latacunga, en Cotopaxi. Ella ha recibido semillas de pastos y capacitaciones por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), para mejorar el rendimiento de pastizales y como resultado su producción de leche.

Algo similar les sucedió a Joaquín Poaquiza y Carlos Sinchigalo, productores de la parroquia Simiatug, cantón Guaranda, provincia Bolívar. “A través de un mejor pasto, tenemos beneficios en la leche”, dice Poaquiza, mientras que Sinchigalo afirma que “los pastos son un medio de producción en el campo”.

Anita Chipuxi, presidenta de la Asociación de Pequeños Productores Fe por la Leche 19 de Noviembre, del cantón Mejía, en Pichincha, asegura que recibieron 17 kits de semillas de pasto certificado para sembrarlas en 17 hectáreas. “Teníamos un pasto natural, que salía así porque así… Los que vienen son pastos diferentes, para que suba la producción diaria de leche y la calidad”, dice.

Rocío, Joaquín, Carlos y Anita son parte de los 222 beneficiarios directos del “Plan de intervención para el establecimiento de pastos con semilla certificada en la Región Sierra y Costa, mediante la implementación de Escuelas de Fortalecimiento Productivo Pecuario con enfoque de producción sostenible”. De este plan, que forma parte de las políticas públicas, también se benefician indirectamente 1.110 productores.

Se ejecuta en Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Manabí y Bolívar por ser las más representativas en producción de leche, así como en Santo Domingo de los Tsáchilas, provincia reconocida por tener ganado de leche y carne. Se desarrolla en el marco de la estrategia implementada por la Subsecretaría de Producción Pecuaria del MAG, como parte del Proyecto Nacional de Ganadería Sostenible.

En la primera fase se han intervenido 351 hectáreas, y el objetivo es obtener unidades productivas pecuarias mucho más rentables y sostenibles con el ambiente.

“La idea es que los beneficiarios tengan mejor alimento para su ganado, para que suban la carga animal por hectárea y las reses tengan una mejor conversión”, expresa Luis Bolívar Hierro, subsecretario de Producción Pecuaria del MAG.

Tener un pasto mejorado incrementa los parámetros productivos y reproductivos al suministrar, como alimento, material con mejor calidad nutricional, sin necesidad de expandir la superficie del pasto.

Un pasto con mejores parámetros de digestibilidad, así como su consumo dentro de los tiempos óptimos del mismo, disminuye las emisiones de gas metano por parte del animal, convirtiéndose en una medida de mitigación al cambio climático por la reducción en la emisión de gases de efecto invernadero.

Pero, además se obtendrá, como producto final, leche y carne de mejor calidad, ya que las pasturas mejoradas aportan con la mayoría de nutrientes que los animales requieren, tanto para el proceso de producción de leche como de carne.

Los pequeños y medianos productores pecuarios también reciben capacitación en las Escuelas de Fortalecimiento Pecuario en: preparación del suelo y enmiendas; establecimiento de pastos; fertilización de mantenimiento del potrero; prácticas sostenibles en el manejo de pastos; conservación de pastos; división y rotación de potreros; manejo del estiércol y de residuos contaminantes producto de la actividad pecuaria; e implementación y mantenimiento de sistemas silvopastoriles como medida de mitigación y adaptación al cambio climático.

La expectativa es que el productor sea más eficiente a nivel productivo, incremente sus índices de producción y disminuya los costos de los mismos. Resultado de este tendrá un mayor margen de rentabilidad por la venta de sus productos, mejorando la calidad de vida de sus familias y del campo ecuatoriano.