Mujeres tisaleñas referentes de la producción de fresa en Tungurahua

Tungurahua, 27 de enero de 2025.- En las fértiles tierras del cantón Tisaleo, destaca la historia de Azucena Bonilla, una productora de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) cuya dedicación y esfuerzo en la producción del rubro fresa ha transformado su vida y la estabilidad económica de su familia.
Azucena es una de los 18 productores de la provincia de Tungurahua que hasta el momento han sido beneficiados con las Unidades Móviles Agroproductivas (UMAS) subvencionadas entregadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a nivel nacional.
Este vehículo contribuye en el traslado de los rubros que ella produce como: fresa, mora, claudia, manzana, cuyes, leche y papas, hacia el Mercado América del cantón Ambato todos los días de feria, garantizando así la comercialización directa entre el productor y consumidor.
Mayoritariamente la productora del cantón Tisaleo produce fresa con un tratamiento agroecológico, Buenas Prácticas Agrícolas y estándares de calidad, lo que le permite tener compradores fijos que llevan su producto desde Tungurahua para abastecer los mercados de las provincias Guayas y Pichincha.
En Tungurahua existen 480 hectáreas sembradas con fresa, centralizadas en los cantones: Ambato y Tisaleo. A esta actividad productiva se dedican alrededor de 3.200 productores, de los cuales el 65% son mujeres rurales.
“Llevo más de 40 años dedicada a la agricultura; producir fresa de forma diferente a la convencional, me ha permitido llegar a más consumidores, he podido mantener a mis hijos y darles el estudio. Agradezco al MAG por estar pendiente de las necesidades de los productores, por capacitarnos, por brindarnos asistencia técnica y sobre todo por darme esta camioneta que me ayuda diariamente a recorrer más lugares y vender mis productos; parece un sueño, pero es mi vida real”, manifestó Bonilla.
Por su parte, Daniel Guzmán, director Distrital del MAG en Tungurahua, indicó que impulsar a las mujeres es un compromiso y deber de la institución al ellas consolidarse como la base de la AFC y ser claves en precautelar la soberanía alimentaria del Ecuador.
“A través de herramientas y espacios de formación optimizamos las capacidades logísticas y productivas de los agricultores, fomentando el desarrollo rural y la mejora de las cadenas de valor. Con acciones concretas, estamos transformando el sector agropecuario”, argumentó Guzmán.
La historia de Azucena es un testimonio de emplear el conocimiento técnico en territorio, de cómo los insumos adecuados y el respaldo institucional pueden abrir nuevas oportunidades para el agro ecuatoriano. Su ejemplo inspira a más mujeres rurales a emprender y liderar en el campo, demostrando que el futuro del sector agrícola tiene posibilidades.