Ecuador y Chile intercambian experiencias para fomentar el turismo rural, a partir del agro

Quito, 17 de diciembre de 2020.- Además de proveer alimentos para la población, la agricultura familiar campesina puede convertirse en un espacio para desarrollar el turismo rural, actividad que generaría recursos para los productores.
El turismo rural fue el tema que hoy analizaron funcionarios de la Dirección de Gestión de Circuitos Alternativos de la Subsecretaría de Agricultura Familiar Campesina, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), y del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), del Ministerio de Agricultura de Chile.
Ellos intercambiaron experiencias para fomentar el turismo rural, asociado a la agricultura familiar campesina, lo que permite que, además de visitar lugares atractivos, los turistas conozcan la producción agrícola y adquieran los productos.
Carolina Cabrera, funcionaria de la Dirección de Gestión de Circuitos Alternativos, de la Subsecretaría de Agricultura Familiar Campesina del MAG, mencionó que existen ocho tipos de sistemas de comercialización directa, de los que dos: ventas en finca y agroturismo se articulan con el turismo rural.
Explicó que la venta en finca es un espacio que se encuentra a lo largo de las carreteras, cerca o en el mismo predio, donde se ofrecen productos locales directamente al consumidor, y se los identifica por su estructura física, que utiliza materiales de la zona, y generalmente son parte de un atractivo turístico.
El agroturismo es el espacio donde el visitante tiene la posibilidad de conocer aspectos de la cultura local, a través de la participación directa en actividades agropecuarias, forestales, artesanales, de pesca y/o recolección, transformación y venta de los alimentos que desarrollan en predios de familias campesinas.
“Las dos iniciativas tienen ese potencial y han innovado hacia un servicio relacionado con actividades agroturísticas”, dijo Cabrera al indicar que experiencias de ventas en finca, vinculadas a la agricultura familiar campesina, existen en Loja, Guayas, Esmeraldas, Cotopaxi, Bolívar, Azuay, Tungurahua, Pichincha y Pastaza), mientras que el agroturismo se impulsa en Guayas, Pastaza, Santo Domingo de los Tsáchilas, El Oro, Carchi y Tungurahua.
En la pandemia –dijo Cabrera- las ventas en finca y el agroturismo han escalado porque “las familias urbanas necesitan desconectarse de la ciudad, necesitan sitios rurales para descargar todo lo que ha conllevado el confinamiento”.
Cabrera indicó que, con estas iniciativas desde el MAG se trabaja en propuestas de fortalecimiento, mediante el acompañamiento productivo, capacitación para desarrollar las capacidades de las familias y organizaciones campesinas, equipamiento y alianzas público-privadas.
Añadió que también se trabaja en el fomento del consumo responsable, además de la aplicación tecnológica con la generación de un aplicativo móvil de información de los circuitos alternativos de comercialización, donde se incluyen las iniciativas agroturísticas, alianzas con cruceros turísticos en Galápagos, y alianzas con la academia para tener módulos o prototipos que mejoren la venta de productos de la agricultura familiar campesina.
Saúl Pérez, del INDAP, mencionó que en Chile el turismo rural se lo entiende como el conjunto de servicios turísticos en un espacio rural, que tengan como principal atractivo una actividad silvo agropecuaria en operación y/o valoricen la identidad campesina, como elemento significativo de relacionamiento entre el pasajero, el excursionista y las familias campesinas.
Consideró que el turismo rural debe ofrecer servicios más integrales, articular con los actores de la localidad y no solo productores, así como ver los mecanismos para llegar a las plataformas digitales.
Cabrera estimó que el turismo rural tiene una gran oportunidad para seguir estrechando relaciones con sus consumidores. “A quienes compraban en las ferias se les puede incentivar que acudan a los predios, al campo para que hagan turismo”, y afirmó que “sin agricultura familiar campesina no hay turismo rural”.
Turismo rural fue el último tema de esta fase de intercambio de experiencias entre Ecuador y Chile sobre políticas públicas y acciones para la agricultura familiar campesina. De esta manera, el MAG fomenta espacios de aprendizaje dentro y fuera del territorio nacional.