Cusco, 29 de mayo de 2018. El ministro de Agricultura y Ganadería, Rubén Flores, propuso que el sello de la agricultura familiar que tiene Ecuador se convierta en la contraparte a las certificaciones de sustentabilidad que exigen países que reciben productos ecuatorianos.

La propuesta la hizo durante una exposición efectuada en el marco del X Congreso Mundial de la Papa y XXVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de la Papa (Alap 2018), que se desarrollará hasta este 31 de mayo de 2018 en el Centro de Convenciones de Cusco, en Perú.

Flores señaló que hay una serie de mega-acuerdos que consolidan el libre mercado y que a través de normas técnicas, propiedad intelectual, normas fitosanitarias y de todo un marco normativo definen un esquema proteccionista complejo.

Frente a esto, el Ministro consideró que el sello de la agricultura familiar garantiza el origen social de los productos agroalimentarios desde las unidades de producción agrícola familiares.

En ese sentido, destacó el aporte de la agricultura familiar a la economía de los países y su importancia para la alimentación de la población ya que genera alrededor del 70% de los alimentos.

“Hay un mensaje importante que va hacia una demanda cada vez mayor de productos sustentables, que deben estar certificados”, dijo el Ministro de Agricultura y Ganadería, al mencionar que los países andinos deben aprovechar esa oportunidad, pero también generar valor agregado en territorio para dinamizar las economías y hacer sustentable la producción agrícola.

Flores dijo también que la agricultura familiar es un sistema productivo que genera empleo, soberanía alimentaria y que, articulado a la economía de escala, se dirige a la exportación y aporta a la agrobiodiversidad, como se evidencia en el caso de la papa, rubro en que entre Perú, Bolivia y Ecuador tiene de 3000 a 4000 variedades.

En el caso de Ecuador, el titular de Agricultura y Ganadería manifestó que hay 26 mil productores que generan 32 mil hectáreas de papa, donde se producen unas 470 mil toneladas anuales. Indicó que el desafío es ver cómo aumentar ese promedio actual de 16,3 toneladas de papa por hectárea.

Finalmente precisó que del total, un 17% se queda como semilla propia, un 74% es para consumo fresco y un 9% se destina para el consumo industrial.