Verónica junto al ministro Xavier Lazo.

Ambato, 08 de mayo de 2019.- “El rol de la importancia de la mujer rural toma protagonismo y más ahora con el respaldo del Ministerio de Agricultura y Ganadería que está interesado en generar política pública para su posicionamiento y rescate de su riqueza”. Así lo aseguró Verónica Shulqui, líder indígena, quien trabaja en la Unidad del Movimiento Indígena y Campesino de Tungurahua (UMICT) y también es parte del Movimiento Indígena de Tungurahua, filial Fenocin.

Ella pertenece a la nacionalidad Kichwa de la parroquia San Fernando, de la comunidad La Estancia, barrio Mocalo Centro, ubicado a 18 kilómetros de la ciudad de Ambato.

Su segunda casa está ligada al sector público. Actualmente en la UMICT trabaja en el monitoreo de las actividades implementadas en los ejes de acción de manejo de páramos, ambiental productivo y fortalecimiento organizativo a nivel de la provincia.

Estar vincula a la política desde los 17 años le ha permitido observar la falta de apoyo que han tenido las mujeres, no solo del sector rural sino también de la ciudad para surgir con emprendimientos.

Manifestó que existen mujeres despertando pueblos, preocupadas por los caminos rurales, detrás de las escuelas y poniéndose al frente del hogar, pero que su esfuerzo es invisibilizado.

Para Verónica las necesidades de las mujeres son varias. Por eso participar en el Primer Encuentro de Súper Mujer Rural, organizado por el Ministerio, fue una gran experiencia y merecido espacio que permite plantear las necesidades que se enfocan a nivel de las comunidades. “ya que las mujeres son muy vulnerables y menos remuneradas en el país”.

A su criterio, el compromiso que tiene el Ministerio de Agricultura y Ganadería de vincular a la mujer, a través del programa de Agricultura Familiar y Campesina es trascendental. Opinó que es momento que la mujer rural se empodere y sea parte en la toma de decisiones en cuanto a planes de créditos y servicios especializados que puedan ser entregados de manera oportuna para que cada proyecto familiar se vuelva rentable y mejore la economía.

Por ello, “apoyar a las mujeres es apoyar la transformación y fortalecimiento del desarrollo productivo, a pesar que la brecha de género en la agricultura sigue existiendo, imposibilitando el acceso equitativo de los recursos y servicios productivos”.

Verónica aprovechó el momento para invitar a todas las mujeres de Tungurahua a compartir sus conocimientos en mesas de diálogo dentro y fuera de sus comunidades para, junto a las instituciones, trabajar instalar y mantener una agenda pública y política que permita el acceso a los derechos económicos y sociales, como señala la Constitución del Ecuador.

Verónica tiene 32 años, es licenciada en Administración Gerencial. El ejemplo de su padre, quien fue el primer presidente del Gobierno Parroquial San Fernando, le impulsó a apoyar proyectos a favor de las comunidades siempre enfocados en un trabajo con vocación de servicio, acciones que le permitieron llegar al Gobierno Parroquial y ser parte de la Tenencia Política.

“Estoy siempre dispuesta a trabajar de la mano de las organizaciones para buscar el desarrollo de los pueblos indígenas y el fortalecimiento de la mujer rural”, afirmó Verónica.