MAGAP ejecuta “Proyecto de Reactivación de la Caficultura Ecuatoriana”

El Gobierno Nacional reconoce la importancia del café en la economía del país. Por ello, a través del Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca (MAGAP), impulsa el “Proyecto de Reactivación de la Caficultura Ecuatoriana”, que busca promover la productividad, rentabilidad, investigación, mejoramiento de la calidad e institucionalidad de la cadena de valor.

Con este proyecto, alrededor de 52.500 familias productoras de café arábiga, involucradas en la tecnificación de sus cultivos, producirán aproximadamente 2’017.300 quintales de cafés especiales, al décimo año, disponibles para el mercado internacional. Mientras que 15 mil familias que producen café robusta generarán 1’467.000 quintales, al décimo año,  producción que se destinarán a la industria local.

El proyecto tiene un costo total de 60’519.647 dólares. Trabajará directamente con 88 organizaciones de cafetaleros en territorio, distribuidas en las cuatro principales regiones cafetaleras del país, en 10 provincias y 52 cantones.

Las organizaciones agrupan a 11.035 familias y unidades de producción agrícola cafetaleras (UPAS), que se considera como una base socio-organizativa. Sin embargo, el proyecto -durante diez años- ampliará la cobertura paulatinamente hasta alcanzar 67.500 UPAS y familias.

Se ejecutará en un plazo de 40 trimestres (diez años). La primera etapa comprende desde finales del 2011 hasta el 2015. La segunda fase inicia en el 2016 y finaliza el 2020. Este programa está inmerso en el Proyecto de Reactivación de la Caficultura, priorizado por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, en mayo del año 2011, con Oficio No. SENPLADES-SIP-dap-2011-315, de mayo 26 de 2011.

Los objetivos del Proyecto

1. Investigar y multiplicar variedades de alto rendimiento de café robusta y arábiga validadas y establecidas en fincas, bajo sistemas de riego y sistemas agro-forestales en las provincias cafetaleras (investigación – desarrollo).

2. Establecer o renovar hectáreas de cafetales arábigos y robustas con la implementación de un sistema de asistencia técnica y capacitación, crédito productivo, incentivo a la productividad e investigación participativa, con la intervención directa de las organizaciones de productores (desarrollo productivo).

3. Diseñar, validar e implementar productos financieros adaptados al ciclo productivo y a las necesidades de los sistemas agroforestales del café, así como opciones de financiamiento para otros actores de la cadena, como laboratorios y viveros (financiamiento).

4. Fortalecer el tejido socio organizativo del sector cafetalero, a través de la formación de líderes emprendedores, planeación y actualización estratégica de las organizaciones y el fomento a la asociatividad, desarrollando capacidades territoriales para la multiplicación y producción (fortalecimiento socio- organizativo).

5. Coordinar con otras instituciones del gobierno, apoyos en los procesos de post cosecha de las organizaciones de productores e impulsar la comercialización asociativa e inclusiva, sobre la base de las experiencias exitosas existentes en el sector de pequeños productores (post cosecha y comercialización).

6. Reforzar las capacidades institucionales del Estado para ejercer rectoría sobre el sector cafetalero e implementar políticas públicas que garanticen su sustentabilidad, así como brindar el acompañamiento y asesoría a los procesos productivos de las organizaciones de productores (fortalecimiento de la institucionalidad cafetalera).

Metas y resultados  

• La superficie cafetalera se renovará en 135 mil hectáreas tecnificadas, 22% de café robusta y 78% de café arábiga.

• La producción nacional se incrementará a 2’646.000 quintales anuales sobre la base fijada o renovación de 135 mil hectáreas de café arábigo y robusta en sistemas agroforestales de alto rendimiento.

• Las 88 organizaciones territoriales de productores sirven de base y cinco comercializadoras asociativas de carácter regional fortalecidas,  coordinarán el 75% de la producción nacional.

• El 70% de la producción nacional de café robusta se comercializará bajo un sistema de negocios inclusivos entre las organizaciones de productores y la industria de café soluble, generando una atractiva rentabilidad para los pequeños productores campesinos y abasteciendo la industria nacional.

• El mercado interno del café absorberá aproximadamente 1’467.000 quintales de café ecuatoriano por año.

• El país tendrá un sistema de extensión rural especializado, desarrollado, construido y adaptado al sistema productivo del café.

• Se contará con un sistema de inversión productiva implementado para las fincas cafetaleras, orientado a apoyar procesos de renovación, post cosecha y comercialización.

• Las 67.500 familias que cuentan con capacidades productivas y administrativas se desarrollarán con efecto multiplicador sobre otros rubros que conforman los sistemas productivos de la agricultura rural.

Áreas de ejecución

El proyecto tiene como fortaleza su mecanismo de intervención basado en la situación socio organizativa. En este sentido, se definieron cuatro regiones de intervención: Sur, Costa, Noroccidente y Amazónica Norte. Esta zonificación se sustenta en primer lugar en la existencia de un tejido socio organizativo fuerte y con perspectivas de sostenibilidad.

A su vez, el tejido organizativo en estas regiones se basa en la existencia de condiciones previas adecuadas, relacionadas con la potencialidad agroecológica para el cultivo.

También se contemplan las condiciones socio económico y organizativo que se adaptan a metodologías de transferencia de tecnología de campesino a campesino u otras metodologías grupales validadas en el país y los criterios básicos para impulsar propuestas de comercialización asociativa.

Historia del café en Ecuador

El café constituye uno de los productos más importantes de la economía mundial y se cotiza en las bolsas de valores de Londres (Robusta) y nueva York (Arábiga).

Este producto básico, a lo largo de los  últimos 60 años, experimentó ciclos sucesivos de auge y depresión con una creciente volatilidad; es decir, variaciones pronunciadas en tiempos muy cortos. Entre los años 2000 y 2004, el mercado del café conoció su peor crisis, llegando a mínimos históricos de los últimos 30 años.

En el periodo comprendido entre el 2009 y  2010, el mercado del café se caracterizó por precios récord (cercanos a los 300 dólares por quintal), con tendencias a precios relativamente altos para los próximos 10 años. Durante el 2012, el precio promedio estimado es de 172,56 dólares, acorde a los reportes presentados por la Asociación Nacional de Exportadores de Café (ANECAFE).

Ecuador es un país productor de las variedades de cafés arábiga y robusta; presenta varios factores que afectan la producción nacional, como repercusiones por las caídas de precios en el mercado mundial, fenómenos naturales como “El Niño”, reducción del área cultivada y edad avanzada de los cafetales. Todo esto incide en las condiciones de vida de los productores cafetaleros.

En la caficultura ecuatoriana prevalece el sistema de manejo tradicional del cultivo. El 85% de los cafetales se maneja deficientemente, obteniendo rendimientos muy bajos (5,18 quintales de café oro por hectárea).  El otro 15% de la superficie cafetalera se maneja de manera semitecnificada, que permite rendimientos promedios estimados en 16 quintales de café oro por hectárea.

Muy pocas fincas cafetaleras se manejan de forma tecnificada; sin embargo, estas pueden llegar a niveles de productividad de hasta 50 quintales por hectárea en café arábiga y 100 quintales por hectárea en café robusta, con un manejo acorde a las necesidades del cultivo. La producción nacional en 1999 fue de 71 mil toneladas métricas (TM).

Según el Consejo Cafetalero Nacional (COFENAC), la producción de café en el 2008 fue de 52.250 TM. Para el 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó 31.347 TM, con una productividad promedio de 4,81 quintales por hectárea de café verde.

La disminución en la producción tiene sus causas, envejecimiento de las plantaciones; deficiente manejo agronómico; presencia de cultivos en zonas marginales; falta de recursos financieros para la tecnificación de los procesos de producción y post cosecha; limitada asistencia técnica y capacitación a actores de la cadena cafetalera, principalmente a los productores.

La baja productividad de las fincas cafetaleras (promedio 5,18 quintales de café oro por hectárea. Según la FAO, al 2010, es de 4,81 quintales por hectárea, la más baja a nivel de la región), afectó los ingresos de los productores e incidió en la reducción de la producción nacional de café en grano.

Esta situación provocó una disminución de las exportaciones de café en grano y un déficit de materia prima local para la industria nacional, lo que incidió en la reducción del ingreso de divisas.

Mientras el sector productor atravesó una grave crisis durante las tres últimas décadas. El sector industrial se modernizó e incrementó su capacidad de procesamiento en un 15% anual. Desarrolló una capacidad instalada superior a 1 millón de sacos por año.  Hoy, el Ecuador cuenta con instalaciones industriales de punta (freeze dry) similares a las existentes en países desarrollados como Estados Unidos e Inglaterra.

La empresa El CAFÉ S.A., una de las tres industrias de café más grandes del país, es considerada como la tercera productora de café liofilizado de América y la sexta a nivel mundial. Esta industria, frente a la escasa capacidad de producción de materia prima, desarrolló una política de importación de café robusta asiático (desde Vietnam) en condición de régimen especial (depósito industrial sin aranceles).

A partir del 2004, el país cuenta con la Ley Especial del Sector Cafetalero. Bajo su cuerpo legal se creó el Consejo Nacional Cafetalero, organismo de derecho privado que administra la contribución cafetalera (impuesto parafiscal) del 2% a las exportaciones de café en grano. Esta institución desarrolló funciones como la rectoría del sector; proveer crédito productivo; brindar asistencia técnica; y realizar investigación.

Este modelo de rectoría privada en 15 años no dio los frutos esperados y, por el contrario, la producción nacional, las exportaciones, la asociatividad, la productividad y la calidad del café ecuatoriano en general, disminuyeron drásticamente, al punto de llevar al sector cerca de su desaparición.

Ante la propuesta de derogar la mencionada Ley, la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Asamblea Nacional Constituyente se encuentra en etapa de debates. Esta realidad, combinada con el cambio de la Constitución en el 2008,  donde el Estado recupera la rectoría de la formulación de todas las políticas públicas, impulsó al MAGAP a ser el órgano rector del sector cafetalero, conformando mesas de concertación de la cadena cafetera a nivel nacional y proponiendo un programa de reactivación.

Un segmento de familias productoras de café, especialmente de pequeños productores, se encuentran organizados en asociaciones territoriales (cantonales). Se estima que alrededor del 10% de los caficultores del país se encuentran agremiados.

En varias regiones estas pequeñas asociaciones han dado paso a federaciones o corporaciones regionales de comercialización, que bajo el esquema de mercado justo, colocan el café ecuatoriano en nichos de mercado a nivel mundial.

A continuación se detallan las organizaciones de comercialización regional del sector cafetalero

1. Federación Regional de Asociaciones de Pequeños Cafetaleros Ecológicos del Sur  (FAPECAFE) con un radio de acción en Loja, El Oro y Zamora.

2. Asociación Agroartesanal de Caficultores “Río Íntag” (AACRI) con un radio de acción en Imbabura y Pichincha.

3. Empresa de Comercialización Asociativa de Manabí (COREMANABA) de la Corporación Ecuatoriana de Cafetaleros (CORECAF) y la Federación de Asociaciones Artesanales de Producción Cafetalera Ecológica de Manabí (FECAFEM).

4. Aroma amazónico, con un radio de acción en Sucumbíos y Orellana.

Importancia económica

Este rubro aporta divisas al Estado y genera ingresos para las familias cafetaleras, así como a otros actores de la cadena productiva, entre ellos transportistas, comerciantes, exportadores, microempresarios, obreros de las industrias de café soluble y exportadoras de café en grano.

De las 842.882 UPAs a nivel nacional, 105 mil están dedicadas a la producción cafetalera, según el censo agropecuario del 2000. De estas, el 80% tienen menos de cinco hectáreas, 13% entre cinco y 10 hectáreas y 7% tiene más de 10 hectáreas. Se estima que en el Ecuador alrededor del 20% de las unidades de producción cafetalera no tienen legalizada la tenencia de tierra (COFENAC).

Importancia social

Genera empleo directo para 67.500 familias de productores y constituye una fuente de trabajo para varios miles de familias adicionales vinculadas a las actividades de comercio, agroindustria artesanal, industria de soluble, transporte y exportación.

Este sector es partícipe de diferentes grupos humanos en procesos de colonización, principalmente de la región amazónica e interviene en los procesos productivos de las distintas etnias como los Kichwas, Shuaras, Tsáchilas y afro ecuatorianos.

Importancia ecológica

Los cafetales presentan una amplia adaptabilidad a distintos agro ecosistemas de la Costa, Sierra, Amazonía e Islas Galápagos, en una superficie aproximada de 193.009 hectáreas, según el Sistema de Información Nacional de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca  (SINAGAP) 2011.

El café, como arbusto, contribuye a la conservación de los suelos, especialmente de materia orgánica y protector de procesos erosivos. Los cafetales, en su mayor parte, son cultivados bajo árboles de alto valor ecológico y económico, en diversos arreglos agroforestales, que constituyen un hábitat apropiado para muchas especies de la fauna y flora nativas.

Adicionalmente, contribuyen a la captura de carbono de manera similar a los bosques secundarios; regulan el balance hídrico de los ecosistemas; y en el manejo tecnificado no requieren de una alta dependencia de agroquímicos.

Las zonas cafetaleras del Ecuador se localizan desde alturas cercanas al nivel del mar hasta, aproximadamente la cota de los 2000 metros sobre el nivel del mar.

El café se cultiva en la provincia de Manabí, ocupando el 32,20% del área total, siguiéndole Loja con 13,5%; Orellana 8,9%; Sucumbíos 8,2%; Guayas 6,4%; Los Ríos 6,0%; mientras que el 24,8% restante lo ocupa Esmeraldas, Pichincha, El Oro, Cotopaxi, Azuay, Imbabura, Carchi, Chimborazo, Cañar, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. (COFENAC).

El sector cafetalero se caracteriza por la prevalencia de algunos factores que impiden su desarrollo, lo cual la limita para convertirse en un verdadero generador de valor agregado, de empleo agrícola y de divisas provenientes de las exportaciones.

Estas limitantes se relacionan con la ausencia de políticas oficiales adecuadas; una reducida producción nacional; y la inexistencia de un esquema de comercialización eficiente.

El SINAGAP estimó para el 2011 una superficie cafetalera nacional de 193.009 hectáreas; mientras que el COFENAC, para el 2010, presentó un estimado de 219.611 hectáreas, de las cuales 145.575 hectáreas son de la especie arábiga (66%) y 67.600 hectáreas de la especie robusta (31%).

Se puede observar que en la actualidad el Estado ecuatoriano no cuenta con datos estadísticos confiables, en lo que tiene que ver con superficies reales, niveles de productividad y costos de producción.

La población económicamente activa vinculada al sector cafetalero es de 105 mil familias, 18% de la PEA rural, representando el 13% de la superficie total de especies perennes del Ecuador, según el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (PROECUADOR) 2011.

Los datos

• Las 88 organizaciones territoriales de productores de base coordinan un 10% de la producción nacional y de un 6% a 7% de las exportaciones.

• Aproximadamente el 15% de la producción nacional de café robusta se comercializa bajo un sistema de negocios inclusivos entre las organizaciones de productores y la industria de café soluble.

• El mercado interno del café absorbe aproximadamente 150 mil quintales de café ecuatoriano.

• En el tema de política cafetalera, está vigente la Ley Especial del Sector Cafetalero de 1995, la cual deberá ser modificada o derogada para dar paso a una nueva institucionalidad, en la cual el Estado asume la rectoría del sector a través del MAGAP, por lo que se creó la Unidad de Coordinación Café Cacao.

• La creación de la Unidad parte de una iniciativa del Comité Técnico Permanente del Cacao, integrado por el MAGAP, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración (MRECI); Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) y la Agencia de Aseguramiento de la Calidad del Agro (AGROCALIDAD), quienes decidieron crear, mediante acuerdo ministerial, la Unidad de Coordinación Café y Cacao, con las siguientes funciones:

a) Coordinar la Política Nacional del Sector Café y Cacao.
b) Promover y apoyar programas y proyectos.
c) Promover la asociatividad de los actores de café y cacao, especialmente de pequeños productores.
d) Asegurar que el mercado cafetalero y cacaotero se desarrolle en un marco de eficiencia y sustentabilidad.
e) Crear políticas de crédito y proponer el desarrollo de los dos cultivos en zonas donde se realiza inversión e investigación.

• El país no cuenta con un sistema de extensión rural especializado.

• No existe un sistema de inversión productiva implementado para las fincas cafetaleras.

• Las 89.250 familias no tienen capacidades productivas ni administrativas que les permitan emprender un negocio agrícola y mantener adecuados niveles de rentabilidad en sus sistemas de producción campesina.

• El principal destino de la producción de café ecuatoriano es el mercado internacional. El 87% se orienta a la exportación y al consumo nacional se destina un 13%.

A través del tiempo, la producción nacional exportable de café muestra una tendencia decreciente. En 1976 el Ecuador contribuyó con el 3.7% de la oferta mundial. En la década de los 80 se redujo al 2,2 %, mientras que en los años 90 cayó a 1,8%.

En el período 2000–2006 la producción exportable de café del país representó apenas el 0,9% de la oferta mundial. Reportes de la Organización Internacional de Café (OIC) detallan que dentro del volumen de exportación de café en todas las formas para el 2010-2011 el país registró el 1,29% y para el 2011-2012 el 1,83%.

Exportaciones de café soluble

Ecuador es el único país productor que exporta más café soluble que en grano, ubicándolo entre los principales productores industrializados en el mundo, ocupando el tercer lugar, luego de Brasil y Colombia, entre los países exportadores de este tipo de café, con un volumen anual promedio de 22.200 TM en los últimos seis años.

La industria ecuatoriana de café soluble incursiona en nuevos mercados asiáticos, rusos y otros, con promisorios resultados, que permitirían incrementar sustancialmente las exportaciones. Si bien el sector industrial se encuentra en franco crecimiento, el sector exportador y productor de café en grano está en caída desde hace más de 10 años.

Esta tendencia puede poner en riesgo no solo las exportaciones de café en grano sino también la producción nacional que se encuentra en manos de miles de familias de pequeños productores; pero incluso la misma industria está en situación de vulnerabilidad, pues existe una marcada dependencia de las importaciones de países que, eventualmente, podrían ver al país como un competidor para su propia industria, tal es el caso de Vietnam, con una creciente producción de café soluble.

 

Subsecretaría de Agricultura
Dirección de Políticas y Estrategias Agrícolas
Dirección Nacional de Comunicación

 


 

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